domingo, 7 de noviembre de 2010

MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS DE LA VANGUARDIA




















La Vanguardia es un diario matinal de información general editado en Barcelona para toda España redactado principalmente en castellano, aunque en algunas secciones y suplementos emplea la lengua catalana. Publicó su primera edición el 1 de febrero de 1881, hecho que lo convierte en uno de los periódicos más antiguos de España.
Según los datos del estudio de la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD), entre enero de 2009 y diciembre de 2009 ha tenido una tirada promedio de de 234.788 ejemplares diarios, y una difusión promedio de 200.291 ejemplares diarios.
Pertenece al Grupo Godó e ideológicamente está considerado un periódico de centro político catalanista y monárquico. Cuenta con corresponsales propios en las principales ciudades de todo el mundo.
En el año 2010 tiene un precio de 1,20 euros de lunes a sábado, y de 2,20 euros los domingos, día en que incluye diversos suplementos temáticos.



La larga historia de La Vanguardia comienza el 1 de febrero de 1881, cuando dos empresarios de Igualada, los hermanos Carlos y Bartolomé Godó Pie sacaron a la calle el primer número del diario. Definido entonces como «Diario político de avisos y noticias», nació como órgano de expresión de una fracción del Partido Liberal de Barcelona, que aspiraba a conseguir la alcaldía de la ciudad.1
Siete años más tarde, comenzó la historia de La Vanguardia como modelo de diario independiente, plural y moderno. El 31 de diciembre de 1887 dejó de publicarse como órgano del Partido Constitucional, y el 1 de enero de 1888, primer día de la Exposición Universal de Barcelona, presentó un nuevo formato, con doble edición de mañana y tarde, al margen ya de cualquier partido político.1
El periodista que consiguió convertir un diario partidista en el gran referente de la prensa independiente barcelonesa fue Modesto Sánchez Ortiz, un director andaluz que Sagasta recomendó a Carlos Godó. Sánchez Ortiz fue director entre 1888 y 1901, y se integró plenamente en la vida cultural de Barcelona y abrió las páginas del diario a los jóvenes artistas e intelectuales catalanes más destacados, que supieron conectar con los aires renovadores que vivía la sociedad catalana. Casas, Nonell, Rusiñol, Casellas y una larga nómina de artistas e intelectuales son una muestra de aquella profunda transformación, como lo demuestra que, en 1900, el diario ya publicaba la primera crítica de un joven pintor llamado Pablo Ruiz Picasso. Durante aquella época, La Vanguardia contó también con la firma de intelectuales como Leopoldo Alas Clarín, así como con la de Unamuno y los principales escritores de la generación del 98.1
El 25 de octubre de 1903, el rotativo se trasladó de la calle Les Heures, cercana a la plaza Real, a un edificio modernista en la calle Pelayo 28, a la vez que renovó su sistema de composición. Ya bajo la dirección del intelectual mallorquín Miquel dels Sants Oliver, La Vanguardia contrató a los más prestigiosos colaboradores del Diario de Barcelona, decano de la prensa continental. Uno de sus más grandes y resonantes éxitos fue ser el primer diario español que envió corresponsales a París y Berlín, capitales de los bandos contendientes durante la Primera Guerra Mundial. En aquella época, La Vanguardia conectó plenamente con la vida cultural y social catalana, y se convirtió, con más de 80.000 ejemplares, en el diario de mayor difusión de Cataluña.

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